
Oicini, 2021
Acrílicos, rotuladores, pilot, lápices de colores acuarelables, ceras y ceras acuarelables, bolígrafos y lápiz de grafito sobre cartón
75x49,5 cm
Esta obra pertenece a la serie Y no te olvides de contarlo.
Hace mucho tiempo, y ahora, en otras realidades, la conexión con los instintos y con lo salvaje es lo que nos salva. No somos más que los animales ni que las plantas, somos hermanas, somos parte de un todo. Luego llegó el miedo, la acumulación, la inseguridad, la cobardía y el egoísmo. Y eso generó abuso, sometimiento, mentiras, desconexión, barbarie.
A las mujeres se nos ha separado de nuestra intuición. Se nos prohíbe lo salvaje. La reconexión con nuestro espíritu universal y su sabiduría es necesaria. ¿Cuándo fue la última vez que vivimos desde los sentidos? ¿Y que tuvimos en cuenta nuestra relación con las temperaturas o el humor de las plantas que nos rodean? ¿O que seguimos a un animal para aprender de su comportamiento o dejamos vivir a un insecto?
Todo empieza dentro. Nuestra esencia se mantiene intacta hasta que encuentra las condiciones óptimas para desarrollarse fuera. Hay un círculo protector y dentro el fuego. El inicio siempre está disponible. Los ciclos continúan y se mantienen en estado embrionario hasta que miramos, y los vemos. Cuando nos atrevemos a escuchar es cuando empieza nuestra vida.